El oeste ibérico español es una gran desconocida para muchos motoristas en la que existen muchos encantos por descubrir en ciudades monumentales como Zamora, Salamanca o Cáceres, junto a otras más pequeñas como Astorga, capital de la Maragatería y nuestro punto de partida, o Plasencia.
Astorga bien merece perder algo de tiempo en visitar muchos de sus lugares históricos y tras hacerlo debemos enfilar la A-6 camino de la zamorana Benavente, con lugares tan emblemáticos como la Torre de Caracol o la Iglesia de Santa María del Azogue.
La salida de Benavente la hacemos por la A-66, dejando a un lado las Lagunas de Villafáfila, en dirección a Zamora, a orillas del Duero, desde donde tras la recomendada visita a la ciudad nos dirigimos hacia Salamanca por la misma A-66, otro punto de interés en el que bien merece la pena perder el tiempo visitando su Plaza Mayor, la Casa de las Conchas, la Universidad, la más antigua de España, el Puente Romano o el Huerto de Calixto y Melibea.
Desde ahí y por la E-803 se llega hasta Plasencia, con parada obligatoria en Hervás donde se encuentra uno de los mejores muesos de la moto clásica de carácter completamente privado, para continuar nuestra ruta por el Valle del Jerte hasta Plasencia, en donde cogemos la EX-203, que cuenta con un tramo de curvas que acaba en La Casona de Valfrío, en Cuacos de Yuste.
Cuacos de Yuste está reconocido como uno de los pueblos más bonitos de España y situado a apenas una hora de la Sierra de Gredos, pero desde ahí continuaremos camino por la misma EX203 y la A-66 hasta Cáceres, adonde llegamos después de poco más de cien kilómetros de recorrido y también un punto de especial interés por el alto contenido histórico de la capital norbiense.