Cada vez más demandas, el mercado de las trail va en crecimiento y el de las maxi trail acapara una enorme cuota de mercado de este segmento. Monturas con las que devorar kilómetros, rodando con grandes capacidades ruteras en asfalto y haciendo guiños al campo. Pero incluso dentro de éstas, hay variantes que enfatizan en la orientación off road, caso de la nueva 1290 Adventure R, letra que la diferencia de la S, y que plasma su “gen” campero.
Para llegar con garantías a la tierra y rodar sin problemas sobre pistas y caminos, la R monta ruedas “off road” con llantas sin cámara, con radios, de 21 pulgadas delante y 18 detrás –medidas habituales en el enduro- con gomas mixtas Continental Trail Attack. La suspensión aumenta su recorrido (220 mm. en ambos ejes), con horquilla WP de 48 mm- -regulable en tres vías- y amortiguador WP con PDS –primera Adventure sin bieletas-.
La R disfruta de más altura libre al suelo (250 mm.), necesaria en campo, a consecuencia de la cual aumenta la elevación del asiento (890 mm). El sillín tiene diseño “Off road”, que facilita el sentarse y levantarse habitual del campo. La protección de daños ante posibles caídas, más habituales en el campo, la aporta un arco de tubos de acero pintados en naranja que lleva de serie, cubre el motor y protege depósito y radiador. Cubremanetas de serie, manillar sin barra y cúpula delantera regulable manualmente en altura completan la ergonomía del piloto.
Son muchas las soluciones electrónicas que ofrece la sofisticada Súper Adventure. Como sistema sin llave “KTM Race On”, para encender y apagar sin poner la llave en el contacto, solo teniendo el mando/llave cerca de la moto (en el bolsillo de la chaqueta, por ejemplo). Sistema que deja bloquear la dirección e incluso actúa sobre el cierre del tapón del depósito, igualmente sin llave. Cuenta con acelerador “ride by wire” sin cable, inmovilizador electrónico e incluye TPMS –indicador de baja presión de los neumáticos- y control de velocidad de crucero en la dotación de origen.
El motor de la 1290 rinde 160 CV y 140 Nm con sus 1.301 c.c., cilindrada real del bicilíndrico en V a 75º, es el más potente del mercado de las maxi trail y dispone de cuatro modos de conducción que se pueden seleccionar en función del tipo de conducción de la moto: Sport –máxima potencia-, Street –respuesta más suave-, Rain –menos agresiva- y Offroad -potencia rebajada a 100 CV-. Incluso en marcha podemos pasar de un modo de motor a otro –basta con cerrar el gas, escogerlo y confirmarlo pulsando el botón OK-.
La Adventure Incluye control de tracción (MTC) y sistema de estabilidad (MSC) con los frenos ABS con asistencia en curva, y con función “Off road”, que actúa sobre la rueda delantera pero permite blocar la trasera.
Todas las combinaciones de configuración son seleccionables al gusto, combinadas con cada modo de conducción, además de poder encenderlas o apagarlas fácilmente con los mandos de la piña izquierda –iluminada por la noche-, de forma rápida e intuitiva. Y toda la información se visualiza en una impresionante pantalla TFT de 6,5” de gran visibilidad, que adapta su brillo a la luz ambiente.
Además de la información habitual de velocidad, revoluciones, trips… el cuadro muestra los modos de conducción y permite configurar accesos rápidos -hasta 8 preferencias- a las funciones que más usemos –por ejemplo, apagar y encender el control de tracción, el ABS…-.
Además de todo lo que lleva de serie, en opción se puede montar el paquete “Travel Pack” con sistema antiderrapaje MSR (Motor Slip Regulation) que actúa al cerrar el gas en las reducciones; sistema HHC (Hill Hold Control) como freno de mano automático para arranque en cuesta; el “quickshifter” del cambio -permite cambiar rápidamente sin cortar gas y sin usar embrague- y la conexión KTM My Ride (conecta el móvil por Bluetooth a la moto para manejar las llamadas, la música…).
La Súper Adventure es una sensacional trail. Poderosa de mecánica pero progresiva, permisiva, sobre todo en uso en el modo “Off road” (100 CV), que aporta confianza. Con un poco de nivel de conducción en campo, se lleva muy bien. En el modo Sport (160 CV) aparece todo el potencial, e impresiona por su aceleración de Dragster. La respuesta ciclo completa la capacidad de una trail que busca el aventurismo en formato deportivo.
La suspensión y el chasis nos hacen disfrutar de la conducción y enmascaran los más de 220 kilos, en orden de marcha, que pesa la KTM.
En pistas trabaja bien aunque hay que ir atentos para frenarla, pues aporta tal confianza que se va muy deprisa. La suspensión tiene confort, trabaja con fluidez, buena absorción, aunque, como en todas las motos trail, resulta difícil ofrecer un equilibrio perfecto off/on road.
Evidentemente, en el rango de precio que se mueve (17.400 euros), se trata de una opción para quienes pueden poner abundantes recursos a la compra de su moto.