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Rodar en formación Harley

Rodar en formación en Harley Hay muchas formas de rodar en moto. Puedes ir solo, con tu novia, con un colega, dos… Vamos a tratar es este texto como se rueda en moto en grupo, en formación. Los que más lo hacen así son los Harlistas. Texto: Nacho Mahou

Rodar en formación requiere, sobre todo, dos cosas: disciplina y sacrificio por el grupo. Es una sensación única estar en una pandilla que recorre kilómetros y kilómetros formando un conjunto de cuero y cromo.

Antes de salir de viaje se suele hacer una reunión explicativa del acontecimiento, sobre todo para los más despistados o los más novatos.

Lo primero que se indica es que hay una persona responsable del grupo, el Capitán de Ruta. Nadie le adelanta y es el que toma las decisiones: “Donde hay patrón, no manda marinero”, dice el lema. Elige la gasolinera, el restaurante, paradas para el traje de agua –en caso de lluvia-, etcétera.

Mediante un código visual señala eventualidades en la calzada, como una rama, una piedra, un cruce… Esa señal que él muestra –por ejemplo levantar el puño- es reconocida por los que siguen. Éstos repiten la señal para que los que los posteriores la reciban también.

Hay otra persona que tiene su responsabilidad en el final del grupo, es el Guía de Ruta de Cierre. Tiene que estar perfectamente sincronizado con el Capitán de Ruta ya que su cometido es velar por la seguridad del grupo desde la retaguardia. En caso de adelantamiento de un vehículo más lento que las motos, señala si es posible adelantar, ocupando el carril izquierdo, sea en autopista o carretera de doble sentido.

La caravana motorista siempre debe circular en el mismo carril. El líder de ésta va situado en la izquierda del carril, el siguiente a la derecha y un poco más atrás. El tercero a la izquierda de nuevo, justo detrás del Capitán. La distancia entre motos es importante. Ni muy cerca, ni muy lejos. Un truco es ver la cara del que precede en su retrovisor. La clave de circular en grupo es que ningún vehículo se interponga entre componentes del conjunto cromado.

Puede que un coche acompañe a la caravana con los equipajes de los componentes. Éste debe mantenerse a una distancia prudencial de las motos y no interferir en su trayecto. Aparcar lejos del lugar destinado a las dos ruedas, no retrasar la salida, etc.

 

Mi experiencia propia

Desde hace un buen tiempo me dedico profesionalmente a ser guía de tours en moto. He aprendido mucho como manejar esta circunstancia. Casi cada día me entrego a esta actividad. No siempre realizo el mismo recorrido, pero sí repito mucho los trazados. Esto me permite memorizar las rutinas y los obstáculos fijos.

Todo comienza con un “briefing”. Lo hago en inglés, que aumenta la dificultad. Casi todos los clientes son de USA o Canadá.

Se les explica que rodamos en zigzag, a una distancia apropiada entre moto y unas señas para advertir de “algo” en la calzada: limitadores de velocidad transversales, baches, hoyos… Incluso tenemos algunos signos especiales: puño cerrado pero con el índice y meñique tiesos significa vaca (y rock and roll!!!). Mano elevada haciendo la uve se debe interpretar como caballo. Pulgar aplaudiendo contra el resto, es perro…

Hay rastros que te facilitan el trabajo: muchas ramas verdes en una carretera estrecha, significa que delante va un camión con mucha altura y va desbrozando el bosque. Excrementos de vaca frescos y sin ser pisados se interpreta que en breve te toparás con ganado vacuno trotando a sus anchas por la vía. Incluso hay que saber diferenciarlo de ganado equino. O el de las cabras.

Restos de un neumático deshilachado en medio del carril implica que un camión se encuentra en la cuneta, con alguna rueda destrozada.

Si en la cara recibes gran cantidad de arena, que hace como de lija, un transporte de gravilla te precede, y hay que adelantarlo con presteza.

Si ves un coche en el arcén con un ciervo empotrado en el frontal, ten cuidado, hay más cérvidos por la zona.

Si los vehículos que vienen de frente van con el limpiaparabrisas encendido, te espera lluvia inminentemente. El agua de lluvia crea problemas de visibilidad, con lo que hay que reducir la velocidad. El agarre y la frenada se ven disminuidos también, así que, cuidado. Si el suelo mojado muestra unas manchas irisadas y con formas sinuosas, alerta, algún elemento oleaginoso se encuentra mezclado y resbala mucho. No tocar el freno delantero.

La labor del Guía de Cierre no deja de ser importante. Debe vigilar la retaguardia celosamente. Sí llega un coche con intenciones de adelantar al grupo, hay que darle facilidades para que realice la maniobra, sin colarse dentro del grupo. En coordinación con el Guía de Cabeza, se dispone el grupo en una sola línea, para que el vehículo de cuatro ruedas pase del tirón.

Si una moto quiere “vacilar” y meterse dentro del grupo se le impide cerrando el paso o realizando la misma maniobra que con el coche.

Todo esto de lo que hablamos se hace así por una sencilla razón: preservar la seguridad del grupo, tanto en carretera, autopista, caminos, o incluso, en parado.

Aun así, todos hemos vivido accidentes o incidentes. Conviene llevar a mano un botiquín con algunos elementos imprescindibles: gasas, desinfectante, cinta adhesiva médica, antiestamínico, analgésico… Por supuesto llevar a mano los teléfonos de interés, revisar el tiempo previamente, y las obras en la calzada.

Conviene informarse de la fiestas locales, días adversos (fiesta en las calles) y otros inconvenientes.

 

La parte humana

Los que integran una formación motorista no son eslabones de una cadena, son personas y cada uno tiene sus características. La labor de un Guía es adaptarse e interesarse por ellos. Si la condición de “biker” es limitada por edad, experiencia, peso, altura, hay que ser considerado. Además, también hay que mantener unas buenas relaciones públicas, dar conversación, explicar las características del paisaje, de la etnia a conocer, la gastronomía local y otros datos de interés.

En la mayoría de los casos esos viajeros ocasionales acaban convirtiéndose en colegas, “brothers de la carretera” o como decían Los Manolos: amigos para siempre.